Lecturas 8M: El verano sin hombres

Nuestro taller especial 8M de este año lo hemos dedicado a «El verano sin hombres» de Siri Hustvedt (Premio Princesa de Asturias 2019). La obra, un derroche de ternura, inteligencia y erudición, se maneja con soltura por los terrenos de la intertextualidad y de la mezcla de géneros (narrativa, poesía, ensayo) para contarnos la historia de Mia y del verano en que tuvo que afrontar que su vida conyugal se derrumbara cuando su marido le anunció que quería tomarse una Pausa (francesa y veinte años más joven que ella).

El regreso de Mia a su pueblo natal de Minnesota estará acompañado por una red de mujeres de todas las edades y generaciones – desde los 3 años de su vecinita Flora hasta el centenar que acreditan algunas de los Cinco Cisnes de Rolling Meadows, la activa residencia semiindependiente donde habita su madre, pasando por las siete adolescentes de sus clases semanales de poesía – que se convertirán en todo un tejido de sororidad y experiencias femeninas para recuperar su propia identidad individual.

En este abigarrado tapiz de caracteres, la autora desgrana con acierto e inteligencia, no desprovista de toques líricos, la búsqueda y construcción de la identidad femenina moderna, así como las relaciones y equilibrios que se tejen entre ellas y el universo (omnipresente, aunque paralelo) de los hombres. Todas las situaciones que aparecen en este fresco – la adolescente embromada hasta la crueldad por sus compañeras, las viejas competiciones entre hermanas, el redescubrimiento de la figura de la madre en su madurez, la creatividad oculta en las formales esposas, la fortaleza ante las broncas conyugales de una madre joven, los espacios de apoyo y confidencias – nos resultan cercanas y conocidas, pero también nos brindan reflexiones nuevas, acompañadas de citas y ejemplos que provienen de la vastísima cultura de la autora (alter ego de la protagonista) y del descubrimiento de emociones por las que todas las mujeres hemos pasado en algún momento. Al otro lado del teléfono, la doctora S, la psiquiatra de Mia, nos va confirmando algo que nosotras, como lectoras, ya sabemos: que la vida sigue y que todas esas experiencias de apoyo y compañía están curando a la protagonista de la misma manera que nosotras curamos muchas veces nuestras propias tristezas y desengaños vitales.

La interpelación que la protagonista / autora nos hace (está escrita en primera persona) nos convierte en cómplices de su historia, pero también acerca sus vivencias a la nuestra. Y, al terminar, todas hemos aprendido algo, al tiempo que hemos compartido lágrimas, risas, lecturas y vinos en ese sanador verano sin hombres, que todas deberíamos permitirnos una vez en la vida.

Gracias, como siempre, a mis chicxs del Taller de Lectura de Libros de Arena por hacer del tiempo de lectura una experiencia aumentada, multiplicada en la sabiduría y en el lujo de compartirse. Un placer.

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